Entre el COVID y la emergencia climática, el turismo náutico en Benalmádena, y más concretamente en Puerto Marina, se posiciona como una alternativa muy atractiva ante vuelos largos a destinos masificados.
El sector náutico es una de las actividades turísticas que más pronto se está recuperando gracias al alquiler de barcos sin licencia, como los de Solnautic Rent. Además, la compra de barcos tanto nuevos como de segunda mano han experimentado un gran crecimiento.
Desde la perspectiva del usuario, es una experiencia que permite una mezcla de aventura y conexión con la naturaleza y la fauna marina de Benalmádena y Fuengirola. A todo ello se suma la posibilidad de practicar este tipo de turismo sin cruzar las fronteras.
Por otro lado, el turismo costero es una fuente de ingresos muy importante para las comunidades insulares y la navegación permite conocer destinos que no reciben muchos turistas en las Costa del Sol. Supone una gran oportunidad para aportar ingresos a destinos más tranquilos y reducir el impacto del turismo de masas en otros.
Tras el COVID, al aire libre
La posibilidad de navegar con un barco sin titulación, vivir la vida a bordo y desconectar hacen cada vez más seductor un viaje en los barcos de Solnautic Rent.
Al tratarse de caravanas flotantes, la náutica ayuda también como medio de transporte, facilitando el acceso a destinos menos conocidos y apoyando sus economías con el transporte de provisiones.
Estas embarcaciones aprovechan motores de 15cv para moverse, siendo mas sostenibles por bajas emisiones.
Tras haberse posicionado la navegación como un ocio disponible sólo para “élites”, ahora la náutica está viviendo una época de mucha más accesibilidad, con casas flotantes en puertos, barcos de propiedad compartida y hasta opciones de alquilar un barco amarrado en un puerto a través de AirBnb o Booking.
La posibilidad de poder salir en barco, o hasta de tener un barco en propiedad, es mucho más realista hoy en día. Solnautic Rent ofrece la opción de navegar «durante todo el año a precios asequibles en barcos. Obtienes todas las ventajas de disponer de un barco cuando tu tiempo de ocio lo permite y no tienes ninguna de las desventajas asociadas a la propiedad del mismo.»
Turismo Náutico
Deportes sostenibles en Málaga
Deportes más fáciles como el stand-up-paddle, wingfoil y apnea, que no generan ni contaminación acústica ni química en el agua, son respetuosos con el medio ambiente. Ofrecen la posibilidad de interactuar con la naturaleza y se pueden practicar en solitario o en grupo. Otra ventaja muy importante es que no se necesita un gran equipamiento. Son fáciles de practicar si se compara con el tiempo que se necesita para llegar a recibir la titulación de patrón de barco, y además son más accesibles. El SUP (stand up paddle), en particular, está considerado como una actividad apropiada para casi todas las edades y se puede disfrutar incluso con perros, y hasta en combinación con clases de yoga.
El kayak, el SUP o la natación salvaje se han hecho muy populares en los últimos años, ya que son actividades inclusivas que casi todo el mundo puede realizar. Fomentan el trabajo en equipo, ponen en forma y sirven de terapia.
La “natación salvaje” en Benalmádena, es una tendencia especialmente en auge tras el confinamiento del COVID.
Promueve el acceso a lugares desconocidos, de gran belleza, con la promesa de aventura y, por supuesto, la posibilidad de ponerse en forma.
Stand-Up Paddle
El océano: un recurso que necesita nuestra protección
El Código Ético Mundial para el Turismo nos sirve como guía que nos dirige hacia un turismo que respeta todos los stakeholders, el capital natural y sociocultural de los destinos. En este sentido, el océano, considerado durante siglos como ‘el basurero del planeta’, ahora está cobrando más reconocimiento como un entorno que hay tanto que entender cómo proteger. Donde antes se oía mucho sobre el “crecimiento azul”, ahora hemos pasado al “crecimiento azul sostenible”.
“Los recursos turísticos pertenecen al patrimonio común de la humanidad. Las comunidades en cuyo territorio se encuentran tienen con respecto a ellos derechos y obligaciones particulares. Las políticas y actividades turísticas se llevarán a cabo con respeto al patrimonio artístico, arqueológico y cultural, que deben proteger y transmitir a las generaciones futuras. Se concederá particular atención a la protección y a la rehabilitación de los monumentos, santuarios y museos, así como de
los lugares de interés histórico o arqueológico, que deben estar ampliamente abiertos a la frecuentación turística.”
“ARTÍCULO 4: El turismo, factor de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad”
En este sentido, el océano puede considerarse un “recurso turístico”, y el patrimonio natural como los paisajes subacuáticos, tan interesante para los buceadores, como la vida marina que apasiona a los turistas que salen a observar ballenas y delfines.
Según el Objetivo 14 de desarrollo sostenible “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”, nos indica:
“Una gestión cuidadosa de este recurso mundial esencial es una característica clave de un futuro sostenible. No obstante, en la actualidad, existe un deterioro continuo de las aguas costeras debido a la contaminación y a la acidificación de los océanos que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad. Proteger nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta.”
Según Agenda 2030: “Impulsar soluciones transformadoras de ciencias oceánicas para el desarrollo
sostenible, conectando a las personas con nuestro océano”.